«Un día, mi hermana me preguntó si sabía por qué mamá había empezado a pagar mi seguro médico.”
Creían que me estaba volviendo loco.
Enceguecido por nuestro objetivo de convertirnos en uno de los líderes de la industria de la joyería a nivel mundial, participando en Google for Entrepreneurs con una segunda idea: un software para fábricas de joyas con las que hacíamos trading en Latinoamérica. Construyendo desde cero unas oficinas en la segunda torre más alta de Bangkok en el piso 38 y quemando todas las inversiones mucho más rápido de lo que lográbamos alcanzar nuestros objetivos de nuestro plan de negocio, aun así, yo creía que podía lograrlo todo.
Cuando mi delirio comenzó a desmoronarse, sin poder pagar a mis colaboradores y socios, sufriendo ataques de pánico, seguía creyendo que podía revertir los resultados y me mostraba invencible.
Estaba en una situación desesperada, sin fondos, al borde del colapso. Y aún así, Pope y yo fuimos a presentarnos frente a un grupo de inversionistas Billonarios ángeles del sudeste asiático».
¿Cuál es el delirio del emprendedor?
Es cuando estás lo suficientemente loco como para creer que podes salvar una startup que en la mayoría de los casos ya no tiene vida y estás luchando solo por el tiempo y esfuerzo que has invertido.
Lo difícil y solo los exitosos lo logran es cuando podes equilibrar ese delirio con conocimiento y experiencia.
Si estás emprendiendo y no sientes que estás delirando, probablemente te encuentres en tu peor momento de tu delirio. Si eres lo suficientemente audaz como para seguir adelante con tu idea, al menos asegúrate de presentarla adecuadamente y no pierdas oportunidades. Te invito a leer mi manual sobre cómo armar tu pitch, como Sam.
Estás lo suficientemente loco para poder desarrollar una start up que pueda cambiar de alguna manera el mundo?